lunes, 28 de julio de 2008

Ya era hora...

(Continuación....)
Ese domingo nada salió como lo esperaba... Salió mejor de lo que esperaba!

Para empezar me enfermé. En ese momento creí que ibamos a tener que seguir posponiendo el encuentro. Pero me llamó e insistió que quería ser mi enfermero. Sucumbí a su pedido y le dije que si... Me tuve que levantar y con 40 grados de fiebre ponerme a acomodar toda mi casa, en el tiempo que tardaba en llegar el taxi. Lo conseguí pero a costa de mi salud física... llegó y mi casa relucía como el Castillo Esmeralda de "La historia sin Fin"...
Llegó con una bolsita de Farmacity, con muchos analgésicos y chocolates, ¡Justo lo que necesitaba!
¿Quieren detalles? Es más lindo de lo que me imaginaba, y parece que yo le gusté a pesar del estado calamitoso... Se quedó toda la tarde atendiéndome, me preparó la merienda, me la llevó a la cama y hablamos como condenados hasta que se tuvo que ir a trabajar.
Me aturdió a mensajes el resto del día recordándome los horarios de los remedios, y en su recreo me llamó para ver que estuviera bien.
Mi enfermedad se prolongó una semana completa, y todos, absolutamente todos los días tuve su compañía... ¿Besos? No. La gripe no nos lo permitió, pero las miradas intensas, las caricias, los mimos, y las risas no escasearon...
El médico me dió el alta, e instantáneamente se lo informé....
Pasaron 36 segundos y recibí su llamado.... Ansioso me dijo que me estaba esperando, que fuera para su casa, que quería verme...
Rápidamente fui... Subí... Me invitó a pasar, nos sentamos en un sillón blanco, nos miramos.... Detuvimos el tiempo por un instante infinito, acercamos nuestras bocas sin besarnos, prolongando el momento tan esperado... El primer roce...Nuestros labios se reconocían lentamente, las manos acompañaban al compás de sus caricias... Primero la lentitud, la pericia, el contorneo paciente de dos bocas ardientes.... Luego la pasión, el descontrol, el deseo contenido, las lenguas encontrándose en la cálida humedad de la profundidad de aquel beso inagotable... La luz de la tarde nos abandonó y la noche fue el escenario para el debut apasionado, donde dos cuerpos parecían ya conocerse, y se entrelazaban en caricias avivando un fuego que no parecía querer extinguirse... Así las horas fueron agotándose y el amanecer nos sorprendió desnudos, entre sábanas alborotadas, risas extenuadas, con un vino tinto a medio beber y el deseo de que ese abrazo no acabara nunca.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

qué suerte!
todo salió bien entonces.

(pero mejor vos no lo digas, viste que es suficiente que uno abra la boca para que todo puf! bang! cataplún!)

ja!

un beso querido Dago
que todo siga viento en popa!

Anónimo dijo...

imaginate a mi leeyendo eso y escuchando "Les fantomes d'oscar wilde" de Pierre Adenot!!!!

tremendo lagrimon!

q liiiindo! :)

Anónimo dijo...

"...y el deseo de que ese abrazo no acabara nunca."

Como debe ser!

Perrrrfecto!

Podemos decir que ya estás ubicado. O que te ubicaron... jejeje

Un besote!

Dago dC... dijo...

Vic: Shhhhhhhhhhhhh..... a partir de ahora voy a escribir en voz baja, pa' que no me lechuceen la historia... ji ji ji...

Anonimo: Je... que bueno saber que proboqué eso.... Saludos, siga leyendo...

Cookie:Me la ubicaron! jaaaaaaa!!! tenía que decirlo, perdón!

Clau dijo...

¡Qué ternura! Me alegro que funcione, y ojalá sea por mucho tiempo, y ojalá que también te deje elegir la raza del perro (jaaaajajajaj). ¿Así que estudiás historia? ¿En la escuelita de la UNC?. Yo también estudié ahí... ALCOYANA-ALCOYANA!!!

Sil dijo...

Buenísimo que todo haya salido bien!!

Lástima que por un tiempo no nos vas a entretener con tus historias de levante por el chat jajaja.

Beso