jueves, 4 de junio de 2009

Ni el tiro del final...

Habíamos peleado. O mejor dicho, yo me había peleado con él sin que él lo supiera. Dejé de responder mensajes y llamados y no di señales de vida por un par de días. Pero ya se me había pasado y lo extrañaba demasiado...
Estaba en casa esperando que viniera. Lo tenía todo planeado: haría de cuenta que absolutamente nada había pasado. Lo iba a recibir con un beso, un gran beso y un abrazo. Como de costumbre. Pero esta vez, al cruzar él mi puerta, mi boca se estrelló contra una mejilla dura y fría. "Quizá fue un error de cálculo" pensé. Arremetí con un segundo beso. Otra vez falló mi puntería y volví a estampar mis labios contra algo que parecía más una tapia que un rostro humano.
Al parecer mis planes no iban a salir como yo esperaba. Y sí. Alguna vez iba a dejar de funcionarme.
La charla fue fría, discurrió como si fuéramos dos extraños que hablan sólo por compromiso en la fila del banco, en una sala de espera o en la parada de colectivo.
Un largo silencio invadió mi casa...
Parecía que tenía algo para decirme.
"Me parece que esto no da para más..."
"Estoy de acuerdo, vengo pensando en eso hace varios días... y creo que es lo mejor..." Dije en tono firme. Hasta parecía convencido... Siempre hay que estar listo para cualquiera de las dos situaciones: ahora podría decir que terminamos de mutuo acuerdo.
Cerré la puerta. Los últimos minutos se me hicieron eternos. A veces no es fácil contener las lágrimas. En cuanto estuve seguro que se había alejado, dejé que la realidad me invadiera y estallé en llanto. Ya no lo vería. O eso es lo que yo creía....
Riiiinnnnngggggg... "Che, sorry que joda... Me dejé las llaves en la mesa"...
Ahí mismo toda mi farsa de fortaleza y superación se desvaneció...
Mi flamante EX novio había vuelto y me encontró en medio de un brote psicótico de llanto incontrolable, ahogado con una mezcla de mocos y chocolates. Chocolates que había comprado para pedirle perdón y reconciliarnos...
"Pa- pa pasá, bu- buscalas... ¿Que-querés cho-ssccco-late? Me... que-que-sssqueda el último, me.. me... los... regaló mi- mi mamá..."

domingo, 10 de mayo de 2009

Mi cara de él.

(Continuación...)

Una tarde, revisando fotos viejas en mi casa, encontré una foto del último día de clases del jardín de infantes. Recorrí aquellos rostros ya desconocidos una y otra vez, tratando de hacer memoria, de recuperar algún recuerdo, alguna cara. Uno de los chicos me llamó la atención. No estaba seguro. Ya estábamos más grandes, teníamos 10 años, pero estaba casi convencido que ese chico rubiecito que estaba al lado mío en la foto de jardín era el mismo que me robaba suspiros en la maestra particular.

Para no dejar lugar a dudas, fui a hablar con mi mamá.

“¿Ma… quién es este chico?”. “Ese es Fer, tu mejor amigo de jardín. Venía siempre a casa. ¿No te acordás?”

Mi cara se iluminó. ¡Habíamos sido amigos! Habíamos compartido toda nuestra niñez y ahora el destino se encargaba de volvernos a juntar para que pasáramos el resto de nuestra vida juntos.

Ese mismo día me robé la foto del álbum y la guardé en un cajón. Su cara era diminuta, casi imperceptible, típica foto de curso…Pero yo la atesoraba y cada día al levantarme miraba su foto a escondidas, era lo único que necesitaba para que mi día se iluminara por completo.

Como para mí nada es suficiente, puse la foto en el cuaderno de la maestra particular. Y como para mí NUNCA nada es suficiente recorté su carita (quedó un rectangulito de medio centímetro por medio centímetro) y lo pegué en una esquina del cuaderno. No sé si realmente creí que él no lo iba a ver o si lo hice para que la viera y se diera cuenta que la vida estaba esperando para unirnos (estaba convencido que cuando me preguntara le iba a responder eso: “fuimos juntos al jardín, ahora a la particular y seguro al secundario, la vida quiere que estemos juntos”).

La cara de terror de ese pobre chico cuando abrió mi cuaderno y vio SU FOTO pegada. Y no era su foto junto a otros 40 chicos en guardapolvos celestes a cuadros, era SU FOTO: su cara reducida a medio centímetro pegada en el cuaderno de alguien que para él era un completo extraño.

Fer: “Este…. Este ¿Soy yo? Sí, soy yo.”

Dago: (Con su mejor cara de “no sé de qué me hablás”)… ¿Qué?

Fer: Esta foto… ¿De dónde la sacaste?

Dago: ¿Qué foto?...Ahhh… mirá. Ni idea, ¿Sos vos? ¡Estás más chiquito! Se te habrá caído a vos y viste que con el calor las fotos se quedan pegadas. (Desde pequeño soy un as para salir de situaciones complicadas).

Fer: No, yo no tenía esa foto mía.

Dago: Entonces ni idea, ¿la querés? ¿Te la devuelvo? ¿Para qué quiero yo una foto tuya? (¡Por Dios y la Virgen que no se le ocurra decirme que si la quiere! ¡No sabría qué hacer sin su foto!)

Con la punta del portaminas empezó a rasparla hasta que la arrancó y la rompió en pedacitos tan chiquitos que no hubiera podido reconstruirla aunque pasara el resto de mi vida dedicado a ello (y si hubiera podido lo habría hecho). Cada impulso de mi cuerpo me empujó a tirarme al suelo, recoger los restos de su cara, que era mí cara de él, y llorar desesperadamente. Pero soy capricorniano y como buen capricorniano me pude controlar, suspirar profundo y ahogar cada lágrima, tragar saliva y hacer de cuenta que no me importaba en lo más mínimo, mientras que el corazón se me estrujaba en el pecho y se me retorcía hasta dolerme, dolerme de verdad.

La clase transcurrió con normalidad, fuimos juntos hasta la parada de colectivo, pero en vez de subirme con él al 40 como cada tarde, inventé una excusa y dejé que se fuera solo.

Lloré en aquel banco de plaza hasta que una señora se acercó y me preguntó si estaba perdido. Le dije que no. “Estoy triste nada más.”

Cuando había recuperado el aliento y mis ojos habían recobrado su color y tamaño normal retorné a mi hogar.

Ahí estaba mi madre, sentada en el sillón de la galería con una foto en la mano. Una foto a la que le faltaba un rostro. Quise seguir de largo pero me detuvo y me extendió otra foto. “Tomá, acá están Fer y vos solos y se ve mejor. ¡Dejá de romperme las fotos del álbum! ¿Estuviste llorando?”

“No Ma… Me entró una basurita…”

lunes, 20 de abril de 2009

Contradicciones.

Soy el todo en el vacío
Soy lo mucho cuando es poco.

Soy el instante de lo eterno,
Cuando nunca es para siempre.

Soy lo ausente en el reflejo,
La soledad que te acompaña.

Soy lo que ves cuando no miras,
Lo que gritas en silencio.

Soy el amor con que te odio,
y las lágrimas de la risa.

Soy el hoy de un pasado,
El ayer de aquel futuro
que no fue, pero ya ha sido.

sábado, 18 de abril de 2009

Amor de la infancia

Era mi primer día en la maestra particular. Mi madre había decidido que fuera a ese colegio y tenía que hacerme preparar durante todo un año. Llegué temprano, como de costumbre. Yo era un pequeñín de apenas 10 años. Ahí estaba Dago con su cuadernito A4 y sus lapiceras nuevas (de todos los colores, rosa, violeta, verde fluorescente. Las de gel, toda una sensación en ese momento). Pasé a la salita donde Carmela, mi profesora, me iba a dar clases. Éramos pocos, enseñanza personalizada que le dicen. La clase estaba a punto de empezar cuando se abre la puerta, “¡Perdón seño! Se me pasó el colectivo.” Era él. Llegaba agitado, se ve que había tenido que correr un par de cuadras para no llegar demasiado tarde. Su pelo rubio caía sobre los hombros, ojos verdes destellantes, figura esbelta. Se sentó a mi lado. Nunca me había latido el corazón tan fuerte, se percató que estaba mirándolo. Me sonrió. El corazón se me salía del pecho. “¿Soy Fernando, sos nuevo?” Tardé unos segundos para darme cuenta que me hablaba a mí. “Sí” dije y clavé los ojos en la tapa de mi cuaderno. “¿Cómo te llamás?” “Dago”. “AhDago, ojalá entremos los dos. Por ahí hasta después estamos en el mismo curso.” La profesora comenzó con la clase. Me llevó un tiempo concentrarme, a cada instante lo miraba de reojo para ver qué hacía, y me transpiraban las manos cada vez que se me acercaba a ver cómo había respondido esta o aquella pregunta.

Así fue como me enamoré por primera vez. 10 años. Una vida diminuta y el amor que en ese entonces era un absoluto. Desde ese momento cada pensamiento se lo dedicaba a él. Obviamente no tenía bien claro qué era lo que me pasaba. Sólo sabía que toda mi vida se reducía a esas 8 horas semanales que compartía con Fer. Cada acercamiento, cada gesto, cada pregunta que viniera de él, significaban para mí una declaración de amor incondicional, un pacto secreto entre nosotros, un código que sólo nosotros conocíamos. Me tomaría casi un año completo darme cuenta que todo eso era una ilusión. Aquel niño de 10 años, probaría por primera vez en su vida (aunque no la única) el amargo sabor de la decepción y el doloroso dardo de la humillación. Aquel sería el bautismo de honor con el que se le pondría fin a la inocencia, que sería acribillada de la forma más dura y cruel. Así di mis primeros pasos hacia eso que llamaban madurez. Un corazón puro comenzaba a marchitarse. (Obviamente, esto va a continuar…)

miércoles, 11 de marzo de 2009

Resistencia.

Y sentí como tu último hálito de vida se desvanecía entre mis dedos.
Cuando recobré la conciencia vi al asesino sosteniendo aquel cuchillo. Vi al cuchillo en mis manos.
Estábamos los dos naufragando en un mar de sangre tibia. Tu cuerpo tendido perforado por la furia. Tu aliento agonizaba en tinieblas. Tus ojos revoloteaban por la habitación en busca de una esperanza. Aquel pequeño haz de luz que se infiltraba desde el exterior te indicaba la salida. Recobraste el impulsó y quisiste escabullirte.
Nuevamente quisiste huir de mí.
Con tus últimas fuerzas intentaste arrastrarte.
Yo lloraba, lloraba desconsoladamente. Mientras me acercaba hacia tu cuerpo reptante, cada una de mis lágrimas te pedía perdón. Tu voz era un llanto ahogado, un grito desesperado que quedaba atrapado en tu garganta, una súplica despavorida.
Yo sé que no querías hacerlo. Yo sé que no querías. No querías huir por eso te detuve. Querías quedarte conmigo y no sabías cómo decirlo.
Tú no querías por eso te detuve.
Tomé tu pie, te arrastré nuevamente hacia mí. Quisiste sostenerte con tus manos, en el suelo de madera quedaron las marcas de tus uñas. Nunca entendiste que no tenía sentido resistirse. Jamás tuviste piedad de mí. Si alguna vez hubieras comprendido que tu única esperanza era yo, nada de esto hubiera pasado. Pero elegiste resistirte. Elegiste huir.
Tuviste la oportunidad.
Te miré a los ojos y te di la oportunidad de hacer que el tiempo vuelva hacia atrás. Y lo último que dijiste fue auxilio. Elegiste tu libertad, pero nunca entendiste que tu libertad era yo. Y jamás te rendiste.
Aquella caricia de reconciliación que había comenzado en tus cabellos ensangrentados, acabó en tu cuello y sentí como tu último hálito de vida se desvanecía entre mis dedos.
Y ahora es de mi herida de donde brota esta sangre que se mezcla con la tuya.
Creíste que la muerte te permitiría ser libre. Y lo único que conseguiste fue una eternidad junto a mí.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Certezas de un error.

Aquella tarde él estaba extraño. Desde el momento mismo en que cruzó la puerta me percaté de que algo pasaba. No quise preguntar, siempre es mejor darle tiempo. Ustedes lo conocen, las palabras hay que sacárselas con tirabuzón y le encanta jugar a las adivinanzas. Tiene esa costumbre de los silencios largos. De hacerte esperar una eternidad después de cada punto. Le gusta jugar a la intriga. Espera hasta que el corazón te lata tan fuerte que él pueda escucharlo desde cualquier esquina de la habitación y recién ahí, en ese momento en que uno se apresta a languidecer y explotar en llanto, justo ahí larga la primera palabra.

Me abrazó. Él no es de los que abrazan por nada. Instantáneamente se soltó de mí. Su mirada acechó un punto fijo en el suelo. Lo contempló largamente y una mueca, que quiso imitar una sonrisa, rompió la tensión que aquel abrazo inesperado había erigido. Tomó mi mano y me condujo hacia la alfombra. Se sentó contra la pared, colocó su cabeza entre las piernas. Me acomodé a su lado. Quiero contarte algo, dijo.

Fue la primera vez que me puso frente a sus secretos. Si hubieran visto cómo le temblaba todo. Las manos, la voz. Era una hojita de otoño agostándose lentamente, hamacándose en los brazos del viento. Quiso ocultarme sus lágrimas pero yo las vi. No dije nada para no avergonzarlo. Las vi correr por su mejilla y vi como él las secaba rápidamente con la yema de su dedo índice, mientras simulaba que se rascaba la nariz.

No fue fácil escucharlo. No fue fácil creer lo que oía. No fue fácil aceptar su realidad. Nada fue fácil desde entonces.

Él estaba ahí, igual que un pequeño confesando su peor travesura y esperando el peor de los castigos. Yo también estaba ahí, sintiéndome juez, sintiéndome con derecho a castigar. Qué esperaba de mí en ese momento, no lo sé. Tampoco recuerdo bien qué se me pasó por la cabeza. Sólo sé que lo que hice no es lo que quería hacer. Sólo sé que me encontré embriagado de miedo y desconcierto. Sólo sé que el silencio venció a las palabras y que mi garganta quedó repleta de cosas que aún hoy no he podido decirle. Sólo sé que desde la alfombra lo vi irse, vi como cerraba mi puerta detrás de sí. Sólo sé que fui yo, quien aquella tarde le pidió que se fuera.

Y es desde esa misma tarde que yo sólo vivo para encontrarlo. Ustedes lo conocen bien, sabrán dónde está. Si lo ven, díganle que hoy sólo sé que lo amo.

lunes, 16 de febrero de 2009

El parque.


Volvíamos de una fiesta en las afueras de la ciudad. Era una noche oscura en la que la luna ocultaba su rostro y la niebla de invierno nos conminaba a una ceguera forzada, apenas interrumpida por las luces de algún vehículo que transitaba por el carril contrario. La conversación dentro del auto no era otra que la esperada luego de algunos tragos, un poco de música y el desfile de rostros desconocidos. El ingreso a la ciudad estaba cerca, sólo bastaba atravesar aquel parque y la civilización nos ofrecería su puerta de ingreso para deshacernos de la penumbra que parecía tragarnos.

Cuando bordeábamos el parque, un presentimiento extraño se adueñó de todos mis sentidos, algo que me aturdía y no me permitía pensar claramente. Le pedí que detuviera el auto. “Algo malo pasa en el parque”. Me dijo que no fuera ridículo. “Acá no hay un alma. Y si hay alguien mejor ni saberlo. Seguro nos roban.”

Quise tranquilizarme. Tenía razón, había bebido bastante y estaba algo confundido. Cuando mi respiración retomó su ritmo normal, volví a sentirlo. Ahora estaba seguro que aquello era una voz. “¿Escuchaste? Alguien nos está llamando desde el parque. ¡Paremos!” Insistí.

Aceleró la marcha, y me lanzó una mirada de fastidio.

Miré hacia el parque, y vi cómo un claro se abría en la espesura de la niebla. Era como si alguien estuviera luchando. Sentía su furia. Oía sus palabras como un pequeño susurro junto a mis oídos. Alguien pedía ayuda y yo no podía hacer como si nada pasara.

Llegamos a un semáforo. Le dije: “Si no volvemos me bajo acá. Algo pasa. Lo vi”. “¿Dónde?” “Allá, en el centro del parque.” “Con esta niebla, a esta hora es imposible que veas el centro del parque, ¡no perdamos el tiempo!”

En ese momento un golpe me sobresaltó, fue un instante, un segundo. Giré mi cabeza y vi aquel rostro espectral y distorsionado que se estrellaba contra el vidrio del auto y desaparecía con la misma velocidad con la que llegó allí. El encuentro con esa mirada aterrada me bastó para entender que no podía quedarme sentado. Él me miró y me dijo: “¿Qué te pasa? ¿Por qué llorás?” Abrí la puerta y me arrojé hacia el parque.

Fue un instinto. Corrí hacia donde había visto el claro. La voz me guiaba a través de la oscuridad con sonidos que me provocaban una tristeza inconmensurable que crecía a cada paso. Mis ojos se debatían por encontrar aquella voz en el vacío. Sentía el peso de la niebla sobre mis hombros. Mis pies tropezaban con ramas y raíces. La cercanía me permitía distinguir que aquella voz era un llanto, una súplica.

Allí lo encontré. Apenas alcancé a sostenerlo en mis brazos. Abrió sus ojos por última vez y dijo “Gracias. Llegaste.”

Estaba tendido sobre un banco justo en el centro del parque. En aquel lugar donde de día algunos niños juegan alrededor de la fuente y de noche otro muere en soledad, rodeado de silencio, de niebla, de olvido.

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“15 años. Parece una sobredosis. Una pena.” Dijo el policía.



lunes, 5 de enero de 2009

El reencuentro.


Estaba ansioso. Regresabas de Esquel. Hacía ya un mes que no te veía, que no te sentía.
Sonó el timbre de mi casa. La emoción jugaba con mi pulso y no me dejaba encontrar la cerradura.
Eras vos. Estabas del otro lado de la puerta. Cruzaste el umbral. Nos miramos. Los cuerpos se atrajeron como imanes. No pudimos detenerlos. Nuestras manos se condujeron con pericia sobre el cuerpo del otro. Recorrieron aquellos rincones tantas veces recorridos. Recordaron cicatrices y lunares. Una corriente eléctrica atravesó mi espalda cuando tus labios hicieron contacto con los míos.
En ese momento la ropa comenzó a asfixiarnos. La pasión derrotó a las costuras, a las hebillas y a los botones, que eran la prisión de nuestra piel.
En el recorrido hacia la cama quedó un tendal de prendas inertes y frías que agonizaban ante el vacío que habían dejado nuestros cuerpos, ahora desnudos, libres.
Un pequeño empujón te derribó sobre el colchón. Estabas indefenso, a la espera del ataque. Mis manos fueron re-conociendo cada centímetro de tu piel nueva y floreciente. Te estremecías ante el recuerdo del encuentro tantas veces imaginado, de ese recuerdo que ahora es instante, de ese instante que ahora es caricia, de esa caricia que ahora es encuentro.
Tu respiración intentaba sofocar a la impaciencia, mientras mi dedo llegaba al final de su aventura epidérmica. Se posó justo ahí, en aquel lugar que sólo vos y yo conocemos, aquel lugar que juntos descubrimos. Lo que era un suave suspiro se transformó en un jadeo ardiente que marcaba el compás de mis movimientos.
Mi boca, celosa de mis manos, que habían llegado a donde ella quería estar, no quiso ser menos y se lanzó precipitada a una carrera que dejaba a su paso un sendero de humedad que erizaba tu piel.
Por momentos jinete, por momentos la bestia, ambos cabalgamos sobre la montura del deseo. Nuestras voces a veces fueron susurros, a veces aullidos. En nuestras palabras se mezclaron el amor, la ternura y la vulgaridad. Tu sudor se confundía con el mío, ya no sabíamos donde terminaba uno y comenzaba el otro.
Toda la pasión y el desenfreno, las caricias y los besos contenidos por treinta días, culminaron repentinamente cuando nuestros ojos se encontraron. El tiempo se detuvo. No nos animábamos a hacer el más mínimo movimiento. Eran nuestros ojos que estaban hablando su lenguaje, un lenguaje sin palabras, sin gestos, un lenguaje que sólo ellos comprendían.
Te recosté suavemente sobre la almohada. Mis dedos recorrieron tu rostro, acariciaron tus ojos, tus labios, una sonrisa se dibujó cuando aquel cosquilleo te hizo suspirar. Lentamente acerqué mis labios a tu cuello, besé tus hombros, sentí tu aliento rozar mis oídos. Cada movimiento era tan lento que parecía que estábamos bajo el agua.
Sin hablar me lo pediste y nuestros cuerpos se unieron como si fueran dos mitades de un mismo todo que el tiempo bendijo con el reencuentro.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Para la cartera de la dama y el culo del caballero*


"¡Ya salgo!"


¿Cómo se me iba a ocurrir que en su casa no había bidet?. Por suerte vine preparado...


"¡Ya termino!"


No me dijo que vivía en una pensión. Debe haber una fila de personas afuera esperando que salga... Y ese maldito cartel "por favor sea breve, el baño es de todos"... Como si se pudiera ser breve cuando uno tiene que montarse a un lavatorio para lavarse el culo.


Voz desde afuera: "Dale nene ¿Te falta mucho?"


"Le dije que ya salgo..."


¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!


Voz desde afuera: "Nene, ¿qué rompiste?"


¡Quénoentre, quénoentre, quénoentre!


Voz desde afuera (ahora adentro): "¡Nene! ¡El lavatorio! ¿¡Sabés lo que va a costar arreglar eso!?"


Silencio....


Silencio...


Un silencio laaargo, profuuuundo, interminable....


Interminable....


Voz desde afuera (estupefacta): "Qué haces... connnn... unaaa....? ¿Manguera?"


Sorpresa...


Silencio...


Incómodo... Incalculablemente incómodo silencio...


Voz desde afuera (Extrañado, atónito, confundido y un poco impresionado): "Te la....Te la estás....Te la estás metiendo...."


"¡Sí!... En el culo. Qué quiere, si acá no tienen bidet."


A partir de ese día mi mensaje de contacto en el chat fue "Busco activo, hasta 25 años, con lugar y buen lomo. Sin bidet, abstenerse."

* El título es responsabilidad absoluta de mi amigo Ki.

martes, 9 de diciembre de 2008

Luces en la noche.


Las luciérnagas danzaron para nosotros aquella noche.
Acompañaron con su brillo el ritual nocturno de los besos y las caricias.
Testigos diminutos, escurridizos, casi anónimos que destellaban luz y maravillaban tus ojos.
Nunca las habías visto.
No las conocías.
Contemplaste como un niño aquellas pequeñas lucecitas que te invitaban a jugar a la escondida... Agudizaste tus sentidos y estuviste atento a cada resplandor, para no perderte el más mínimo detalle de aquel maravilloso espectáculo de estrellas vivientes, que bajaron hasta aquí para enseñarte su misterioso secreto: el de la luz hecha vida, el de la vida hecha luz...
Pequeños seres fantásticos, como hadas luminosas, explosiones de luz, soles terrenales que brillaron en aquella noche y te transportaron a su mágico mundo, a jugar su juego inocente...
Y ahí estabas vos, tratando de descubrir su escondite, y ellas escabulléndose de tu mirada...
Y ahí estaba yo, viéndote jugar a la escondida.
Te transformaste en una luciérnaga más.
Me iluminaste con tu luz.
Me llenaste de vida.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Nada que ver...

Nada que ver con mi blog, pero fue la conversación más delirante, bizarra y extraña que escuché en mi vida:

"Nena, porque te demorás tanto...acaso sos mogólica."

"Si señora, soy mogólica."

"¡Ahhh! ¡Yo pensé que eras coreana!"

"Si, si... También soy coreana."

Ahora: hay que tener mala suerte para haber nacido coreana y encima mogólica... (o mogólica y encima coreana... no sabría bien como decirlo).
Sin embargo, un monumento a la coreana mogólica, porque nunca me reí taaanto en mi vida...
La cara de la vieja: IMPAGABLE.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Invitado por Uno y Dos...

He sido invitado a escribir en otro blog, como parte de un desafío muy interesante que UNO Y DOS han desarrollado.

La cuestión es así, ellos te envían una imagen y uno tiene que "delirar", inspirarse y escribir lo que esa imagen genere...

A mí me salió esto....

Espero sea de su agrado. Besitos!!!!...

viernes, 21 de noviembre de 2008

Pornografía Infantil NO.



La pornografía infantil en la Red es una lacra imparable que ensucia nuestras vidas cada día.

El 20 de noviembre de 1959 la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño y 30 años más tarde, la Convención sobre los Derechos del Niño. En la Argentina, la convención se aprobó el 16 de octubre de 1990.Más de 200 millones de niños trabajadores de los que la mayoría hacen trabajos considerados peligrosos o no adecuados para un niño.Cada día mueren 27.000 menores de cinco años por causas evitables.En la última década dos millones de niños han muerto en conflictos armados.250.000 son usados como niños-soldado.Unos 70 millones de niños en edad escolar no van a la escuela.En el mundo hay 15 millones de huérfanos debido al SIDA.
Accede a este link y colabora con la campaña.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Mi puerta.*


Me despertó la risa de unos niños.
El lugar me resultaba conocido, pero era extraño despertar ahí. ¿Qué hacía yo en una plaza a esas horas? ¿Por qué esos niños correteaban a mi alrededor como si no importara que yo estuviera durmiendo?
Estaba cerca de casa. Unas pocas cuadras y mi cama caliente borraría el recuerdo de este dolor de espalda. Aquel banco era muy incómodo. ¿Cuánto tiempo habré estado allí?
Me incorporé y con algo de duda emprendí el camino. Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda.
Un banco de plaza. ¡A quién se le ocurre!
Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda.
Es extraño. ¿No debería haber aquí un supermercado? Estoy desorientado, quizá en la próxima esquina.
Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda. Estoy seguro de haber seguido mis propias instrucciones, pero la puerta que allí me esperaba no era la que me devolvería a mi lecho.
Sólo quería recostarme y la confusión me impedía hallar la esquina correcta donde doblar.
Avancé unas más, luego retrocedí. Puertas, carteles, indicaciones, lugares conocidos que desconocía. Entrar y salir. Doblar y regresar. Ninguna era mi puerta.
Volví al inicio. A aquel banco. Debía recomenzar la búsqueda. Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda. Y aquellos niños seguían allí.
Las contaré. Sólo pensaré en contar las cuadras. No me detendré en ningún detalle menor. Nada me distraerá. Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda.
¿El supermercado? ¿Por qué no estaba allí el supermercado? ¡Qué importa! ¡Quiero mi puerta!... Bajar cinco cuadras y doblar media a la izquierda. Y allí estaba de nuevo frente a aquella otra puerta que se esmera en ocultar tras de sí a mi puerta.
"¡Devolveme mi puerta!" Grité mientras sostenía aquel picaporte tieso, duro, inerte, tan distinto al que empuño cada día al traspasar mi puerta. La puerta que no encuentro, la puerta que debía esperarme y no está.
Tiro con fuerza y aquella otra puerta que ha usurpado el lugar de la mía se abre, alguien del otro lado me observa y me dice "¿Hoy de nuevo? Ya le dimos ayer, vaya...Vaya, para la semana que viene le junto alguito."
La puerta se estrelló contra mi rostro. Se transformó en un muro infranqueable, en una barrera que me separaba de quien yo soy, o de quien yo creía ser, o quizá de aquel recuerdo de quien yo había sido. O tal vez era tan sólo un deseo... Un deseo que quizá he alimentado cada noche en el banco de una plaza, en el banco en el que ahora me encuentro fatigado, intentando dormir, queriendo no despertar, extrañando mi puerta.
Si tan sólo esos malditos niños se callaran. ¿Acaso ninguno ve que estoy aquí?

*A todos aquellos linyeras que cada día ignoro. Perdón.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Señales, coincidencias y una lluvia inoportuna.


Señales, cientos de señales de advertencia. Sin embargo, igual me fui con él a su casa.

Lo conocí en el boliche. La combinación de alcohol, música y soledad hizo que yo aceptara compartir una cerveza. Lisandro era su nombre... lo acompañé a la barra, pidió un trago y entablamos conversación.

Lisandro: ¿Cómo te llamás?
Dago: (Pufff... ¡Qué original comienzo!) Dago...
Lisandro: Ah... Como Pablo, Pablo Rago. Nombre raro.
Dago: No, no... Dago. Con "de" (¿Habrá esperado que me ría? Bue... al menos la cerveza está fría.)
Lisandro: Yo, Lisandro...
Dago: (Ya me habías dicho...) Ajá... Como Lisandro de la Torre (Seguro no sabe quién es...)
La cara se le iluminó, se llevó la mano al pecho, aspiró mucho, mucho aire y empezó a sonreír mientras se mordía el labio inferior y dijo...
Lisandro: (Gritando) ¡NO!
Dago: (¡Ay!... ¡Me asusté!)
Lisandro: ¡No te puedo cre-er! ¡Me pusieron ese nombre por él! Mi viejo era re-amigo de esa familia.
Dago: (Fuck! Ahora seguro dice que es una "señal del destino" ¡No me lo voy a poder sacar de encima!)
Lisandro: ¡Esto es una señal del destino!
Dago: (¡Uy! Si, definitivamente. Ahora voy a tener que cambiar el número de celular. Otra vez. Sí, sí... Otra vez. Siempre me tocan enfermitos.)
Lisandro: ¿Estudias?
Dago: Si. Historia.
Lisandro: ¡¡¡NO TE LO PUEDO CREEEE-EEERRR!!! (Gritando. De nuevo. Y más fuerte)
Dago: (¡Ay! ¡Me asustó de nuevo! ¡Por qué grita, si lo escucho igual!)
Lisandro: Yo estudiaba historia... ¡Cuántas coincidencias!
Dago: (¡Auch!... Ahora además de cambiar el número, me voy a tener que mudar...)(Sonriendo) ¿Si? ¿Te recibiste?
Lisandro: No. Era mucho para leer. Terminé en abogacía.
Dago: ¡Ah!... Sos abogado. ¡Qué bien! (¿¿¿Mucho para leer???... ¿No te lo pudiste imaginar antes de inscribirte?)
Lisandro: No, no. No soy abogado. Soy decorador de interiores. Me di cuenta a tiempo que esa era mi vocación.
Dago: (¿Por qué lo dice con tanto orgullo? ¿Acaso eso es una vocación?)
Lisandro: Sos muy lindo, siempre te vi y me gustaste. ¿Te puedo dar un beso?
Dago: (Mmm... Bue... A ver si así remontamos esto...) (Intentando sonreír) Eso no se pide. (Besame antes que me arrepienta)

Por algún motivo que desconozco mientras me besaba me metió la lengua en la nariz, me llenó de baba inmunda la oreja y me lamió los ojos... Me apretó la cintura con demasiada fuerza y me levantó la remera mientras intentaba pellizcarme los pezoncitos (o tetillas, nunca sé cómo llamarlos).
En un momento mientras luchaba por mi vida y buscaba la forma de que entrara algo de aire a mi organismo para no morir de asfixia, algo raro me llamó la atención: o este chico tenía algún problemita físico y calificaba para fenómeno de circo, o había alguien más tocándome...
Efectivamente, alguien se sintió atraído por mi abdomen al descubierto y sin el más mínimo prúrito decidió intervenir en la escena con ambas manos y ya que estamos, por qué no, también con una muy poco sutil apoyada...
Yo ya formaba parte involuntaria de un trío y como no quería darme vuelta y percatarme que el tercero en discordia no sólo era un desubicado, sino que además podía llegar a convertirse, en lo sucesivo, en el protagonista de todas mis pesadillas, opté por retirarme sin mirar hacia atrás.
Creerán que me marché solo.
No. Lisandro se constituyó en mi sombra y no pude sacármelo de encima.

Lisandro: Ese te estaba tocando... Yo no dije nada porque pensé que te gustaba.
Dago: (¡Soltame la mano!) No, no me gustaba por eso me fui. Necesito ir al baño.
Lisandro: Te acompaño.
Dago: Es un baño público, no te puedo prohibir que entres. (Oops! ¿Eso lo dije o lo pensé?)
Lisandro: ¿Ehh?
Dago: (¡Auch! Lo dije). Daaaale, vamos.

Estaba en mi cubículo, en ese diminuto box, con ese olor tan desagradable propio de cualquier baño en el que los últimos 72 visitantes se olvidaron de tirar la cadena.... Pero para mí era un páramo de paz, libertad y tranquilidad. Extendí mi estadía lo más que pude, con la esperanza de que al salir él ya no estuviera... Me asomé de a poco, entreabrí la puerta con movimientos suaves mientras apretaba fuerte los ojos... Cuando los abrí, ahí estaba él con su sonrisa cínica, como disfrutando de ese asedio.
Después de presentarse con mis amigos como "mi futuro novio", de hacerme escenas de celos en dos oportunidades porque hablé con personas que él no conocía y después de referirse a mí como "amor", "vida", "bebé" y de balbucear un "te quiero" que ignoré olímpicamente, decidí terminar con eso y marcharme de allí, pero una lluvia torrencial arruinó mis planes y a los diez minutos me encontraba refugiado bajo un toldo junto a un cambalache de putos, lesbianas, travestis y floggers y por supuesto él ciñéndome de la cintura y repitiendo incesantemente "amor, necesito ir al baño."
Por qué no me deshice de él a tiempo, no lo sé. Pero ahí me encontraba yo, víctima de su insistencia, preso de su compañía, enceguecido por la soledad, ofreciéndole la posibilidad de que me demostrara que sí era él a quien yo estaba esperando. Porque aunque no lo crean, nada de lo ocurrido me fue suficiente para convencerme de lo contrario.
Y ahí estaba yo, bajo aquel toldo abrazado a él, esperando el colectivo para ir a su casa...



miércoles, 29 de octubre de 2008

Uno y el Otro.


Uno despertó aquella mañana con tiempo suficiente para desayunar. El Otro apenas tuvo tiempo de acomodar su cabellos mientras cepillaba sus dientes.
Uno iba a aprovechar el buen clima para caminar al trabajo. El Otro olvidó extraer dinero del banco, no tendría más alternativa que caminar.
Uno, mientras se despedía de su mascota, miró el almanaque y sonrió. 29 de octubre. Algo le decía que ese no iba a ser un día como cualquiera. El Otro, mientras revolvía su casa buscando las llaves, miró el almanaque. 29 de octubre. Su cumpleaños. Decidió no encender el celular. Odia los días especiales.
Uno se detuvo en aquella esquina a la espera del rojo para cruzar. Desde allí lo divisó. El otro se encontró con esos ojos que lo escudriñaban desde la vereda del frente y sus miradas jugaron a las escondidas un rato. Cruzó la calle.
Uno quiso advertirle, pero el impacto se adelantó...
El Otro yacía sobre el asfalto. Para él, el mundo se volvía puro dolor y tinieblas.
Uno recogía el cuerpo del Otro y lo sostenía entre sus brazos. Para él, el mundo también se volvía puro dolor y tinieblas.
Uno tomó las manos del Otro. El Otro apretó con fuerzas y el mundo ya no fue tinieblas. El dolor se extinguió de pronto.
Uno acarició el rostro del Otro, besó por primera y única vez sus labios y con la mano libre le cerró los ojos.
Allí Uno y Otro se encontraron, se amaron y se perdieron para siempre.
El instante se hizo eterno. Lo eterno duró un instante.
Uno ya no lo olvidaría.
El Otro tampoco.

martes, 28 de octubre de 2008

Los memés para Olivia...

Hace unos días fui elegido por Olivia para continuar con una cadena consistente en enviar Memés a tus contactos pidiéndoles que enumeren las seis pequeñas cosas que más felices los hacen.

Aquí va mi lista:

1- De lunes a viernes, de 7.44 a 8.18 de la mañana: 34 minutos de arrumacos, retozos, besos, abrazos y cucharita. Amor...Mucho amor... ¿Acaso algo puede borrarme la sonrisa cuando me despierto así?

2- El calorcito de algunos recuerdos...

3- Cabalango. Su rio, su sol, su paz.

4- La combinación de lluvia, libro, mate, una galeria, mis perros y la soledad. (O su variante: lluvia, mate, una galería, mis perros y él y yo juntos bajo una frazadita... Aunque aun no haya sucedido, de sólo pensarlo me hace feliz... Pero los mates los cebas vos.)

5- Tener el cambio justo para pagar y que quien me haya atendido me lo agradezca.

6- El delirio crónico de algunos amigos y de las charlas con mis hermanos...

Bonus track: Reirme y hacer reir.

Olivia: Por cuestiones de fuerza mayor no puedo terminar el "desafío". Estoy en el trabajo... Pero no quería dejar de postearlo....

Igual, están todos invitados a contarnos mediante un comentario cuáles son esas pequeñas cosas que los hacen felices! Besos a todos!....

domingo, 26 de octubre de 2008

El duelo.


"Dejé a mi novio para estar con vos" me había dicho hace tres semanas.
Yo casi no lo conocía y jamás me había llamado la atención, pero me pareció el mejor acto de amor que nadie habría podido hacer jamás. (En honor a la verdad: me sentí la persona más linda del universo. ¡Dejó a su novio para estar conmigo!...¡Soy un Dios!)
Ya habían pasado 3 semanas de aquella frase que había logrado amordazar esa voz interna que nos alerta de los peligros, y ya me había arrojado a una nueva aventura con final incierto. Tres semanas que fueron un banquete para mi autoestima, en el que los halagos eran manjares que se degustaban con irreverencia y sin pausa. Mi ego pecó de gula y vanidad, y es ley que los pecados se pagan, y a veces demasiado caros.
Esa misma mañana estábamos en su departamento. Flamante departamento que hacía dos días había estrenado y yo recién conocía. Flamante monoambiente a compartir con su amiga. Flamante piecita que iba a ser, sin lugar a dudas, nuestro "nidito de amor", pequeño nidito de amor.
Mientras él se duchaba yo preparaba el desayuno, encendía unos sahumerios, ponía música, oscurecía la habitación y preparaba el clima adecuado para que a la inauguración no le faltara nada... Me acosté en el suelo y probé varias poses para ver cuál era la adecuada, había que sacarle provecho al poco espacio que nos quedaba en ese cuarto diminuto atestado de muebles. Cada vez que alguno se movía parecía un juego de Tetris Humano. Y no podíamos contar con la cama: cucheta. Y encima, techos demasiado bajos- vicios de la arquitectura moderna. Hubiera parecido un acto de contorsionismo... Aunque deberíamos haber probado, con un poco de práctica quizá Susana nos invitaba a su living. ¡Un éxito total!.
De repente, mientras yo estaba en el suelo intentando pasar mi pierna por sobre la cabeza, sonó el timbre. Me pidió que bajara a atender mientras él salía del baño. "¡Debe ser equivocado, todavía nadie sabe que me mudé!" dijo...
Abrí la puerta esperando encontrarme con la tía del anterior inquilino y grata fue mi sorpresa cuando tras esa puerta estaba él, su EX.

Comenzó el duelo....

Nos recorrimos con la mirada, reconocimos cada uno a su oponente. Yo saludé como el caballero de guante blanco que soy, él pasó sin pedir permiso y se dirigió a las escaleras. Conocía muy bien el lugar como para no haber estado nunca ahí.
Próxima escena: El EX y yo, uno en cada punta del departamento (Si es que a ese lugar se le podían encontrar dos puntas. ¡Estaba todo tan amontonado!) Él sale del baño, nos ve, palidece, tartamudea. Tienen una discusión sobre deudas y dinero. El EX me pide que me vaya (Como leen: el EX me pide que me vaya...) Yo le digo que a mí me invitaron. Ante mi resistencia bajan ellos para hablar en la vereda. Yo espío por la ventana. (¿Acaso alguien dudó que lo iba a hacer?)
Pasa un tiempo y veo que él regresa y deja a su EX solo. Yo inflo el pecho y me preparo para recibir mi trofeo. Había salido victorioso en la batalla. Observo una vez más a mi adversario y suelto una sonrisa triunfal y desdeñosa. La estocada final. Mi golpe de gracia.
La puerta se abre. Yo estoy exhultante a la espera de que él se arroje a mis brazos. Cuando me acerco me rechaza, improvisa una excusa y dice:

"Va a ser mejor que te vayas..."

El vencedor se transformó en vencido. Quise salir sin mirarlo pero no pude evitar verlo en la vereda con su sonrisa cínica, devolución de cortesías supongo.

"Dejé a mi novio para estar con vos" me había dicho. Yo le creí.
Los pecados se pagan caro. Y la credulidad parece también ser uno de ellos.

jueves, 23 de octubre de 2008

El juego.*


Acá estoy jugando a extrañarte, jugando a soñar que sueño con vos.


Acá estoy inventándote para que estés conmigo, mintiéndome para que no te vayas.


Acá estoy haciéndote lugar en mí, dejándote pasar...


Acá estoy necesitando que me necesites, y queriendo que de veras me extrañes...


Acá estoy creyéndome este juego...


Acá estoy aprendiéndolo a jugar.


Acá estoy.


si...Te espero.


Acá estoy.


Vení.


Juguemos.

* 09 de marzo de 2008.

martes, 21 de octubre de 2008

Nadie.*


Ese nadie que está a mi lado...

Ese nadie junto a quien he despertado tantas noches.

Ese nadie que con su compañía me hace sentir tan solo...

Ese nadie que toca, pero no acaricia...

Que respira sin suspirar y abraza sin dar calor.

Ese nadie que camina a mi lado, pero no por la misma senda.

Ese nadie que a veces me ve dormir, pero no está en mis sueños.

Ese nadie que es nadie y es nada y a veces parece ser todo.

Ese nadie que a pesar de ser nadie hoy es musa,

Ese nadie para quien hoy escribo.

*23 de enero de 2008.

domingo, 12 de octubre de 2008

El reloj.

Sábado por la noche. Restos de pizza descansan fríos en una caja junto a la cama. Una cucaracha se arrastra sobre el banquete nocturno. Un festín de aceitunas y queso es el señuelo. Un golpe seco acaba con ella.
Mis ojos contemplan los movimientos agónicos del insecto para cerciorarse que el crimen haya sido consumado. Luego retornan a un libro que agota sus páginas velozmente. Un final inesperado me sumerge en la contemplación del silencio... El reloj, con su maldita costumbre de devolvernos a la realidad, me indica la hora: 2 a.m. Me despego de mi almohada y me incorporo con un único y firme propósito: ir a buscarlo...


Entro al boliche con mi mejor ropa. Es la primera vez que salgo solo... Muchas miradas impertinentes se posan sobre mí, pero esta noche únicamente una me interesa...
Tímidamente pido un trago y me recuesto sobre una pared a esperar paciente, al fin y al cabo sé que nunca llega antes de las tres.
Lo veo... Pasa junto a mí y me mira... Comienza un juego de seducción que duraría toda la noche.
Las miradas se buscan, se encuentran, se pierden y se vuelven a encontrar. Parece que los dos jugáramos a las escondidas en aquel laberinto humano.
Inesperadamente lo tengo frente a mí. La música se ahoga en el más abstracto de los silencios y sólo su voz pidiendo permiso retumba en mis oídos.
Un roce, una mano encuentra a la otra... Los cuerpos inmóviles se reconocen y sin que medie otro lenguaje más que el del deseo, se aproximan entre sonrisas y suspiros...


El reloj, con su maldita costumbre de devolvernos a la realidad me indica la hora: 6 a.m. Él ya debe estar saliendo del boliche y yo tirado en mi cama con mi mejor ropa, el cadáver de una pizza junto al de una cucaracha y un libro con final inesperado.

martes, 30 de septiembre de 2008

Tormenta nocturna.

La lluvia golpeaba la ventana. Cada gota era un acorde que marcaba el compás con que mi mano dibujaba tu silueta. Un relámpago irrumpió en tu cuarto... Iluminó tu cuerpo desnudo y me permitió, por un instante, ser testigo secreto del espectáculo de tu rostro en reposo...
Alertado por aquel presagio del trueno, te abracé y te sentí estremecer contra mí cuando el estruendoso estallido nocturno rompió el silencio que acunaba tus sueños.
La tormenta fue mi compañera en aquella noche en que el desvelo y yo montamos guardia en la fortaleza de tu descanso. Esperamos impacientes el primer resplandor de la mañana para irrumpir con sigilo en tu recinto y posar suavemente mis labios en tu boca para traerte de regreso a mi lado...


"Buen día amor..."
"Buen día..."
.
.
"¡Arriba!... Hay que levantarse..."
"¡Ufaaa...! ¡No quiero ir a trabajar...! ¡Voy a renunciar!..."

"Amor..."
"Mhmmm... ¿Qué?"

"Te amo..."
"Yo también..."

A veces me cuesta distinguir dónde termina el sueño y dónde comienza el día....

domingo, 21 de septiembre de 2008

"Love is the one and only way..."

Siempre que alguien emprende alguna cosa lo hace con ilusiones. Es la única manera de comenzar: ilusionado. Ilusionado en que aquello que se empieza dará los resultados esperados, arribará al puerto previsto. Sin ilusiones no hay objetivos, no hay metas, no hay deseos ni sueños. Aunque debo admitir que sin ilusiones tampoco habría tristeza y dolor. Tristeza y dolor por ver ese sueño roto, despedazado en un instante... Ese dolor particular que nos produce recomenzar, tener que juntar uno a uno los trozos desparramados de nuestros sueños e intentar rehacerlos... Rehacernos desde la nada, desde ese profundo vacío que nos deja la contracara de aquel comienzo: la desilusión...
Profundo vacío, una nada absoluta y amenazante que acecha para acometer con violencia y hacer más difícil aun la reunión de nuestros restos desperdigados....

Se darán cuenta que la historia con Pablo no resultó como esperaba. ¿Cómo terminó? Ya no importa. Algún día lograré hacer de ese momento una comedia y plasmarlo acá, pero no ahora... Ahora sólo quiero abrir los ojos y ver más que el vacío perenne e interminable... Quiero escuchar hablar de "esperanza" sin que me provoque una risa cínica y descreída, quiero volver a contemplar la idea de que mis días no son sólo una sucesión de cuerpos desconocidos envueltos en sábanas impregnadas del hedor repugnante del placer fugaz, casual y vacuo...
.............................
Sé que las ilusiones siguen ahí agazapadas, ocultas, esperando reaparecer y abordarme en el momento menos pensando, para quitarme el aliento y devolverme la sonrisa. Porque sé que estás, se que existís, te estoy esperando... Te estoy buscando y te voy a encontrar. Bastará una mirada para reconocerte...
"Love is the one and only way..."

domingo, 3 de agosto de 2008

Noche de Furia...

Furioso!!!... Estoy Furioso!!!!.... Anoche estuve una hora recorriendo las calles en busca de un cyber para postear y descargarme... Pero no encontré... Y no hay nada que odie más que irme a dormir acompañado de tanta furia....

Lo peor es que me levanté con la misma bronca con la que me fui a la cama... Y los sucesos posteriores no aportaron a que recuperara la calma...

A esta altura se preguntarán por qué tanta agresividad, y ¿Saben qué? No pienso contarles.... Ja! No, mentira... Creo que sólo contándolo se me va a apasiguar este colapso nervioso que arrastro desde anoche....

Los hechos se sucedieron de la siguiente manera... Durante la semana que pasó a este chiquito, Pablo, casi no lo ví, más que nada por cuestiones laborales... Eso significa que durante toooda la semana los mensajes y las llamadas estuvieron a la orden del día... Los "te extraño" y "quiero verte" fueron moneda corriente y todo indicaba que el sábado sería igual... pero alrededor de las 12 de la noche, recibí una llamada... Obviamente: él.

Pablo: "No puedo hablar mucho, pero te extraño mucho y quiero verte... Por fa, anda esta noche a casa tipo 3, voy a estar muerto de sueño pero al menos quiero dormir con vos abrazadito... si???? te tengo que dejar, beso...beso...Te extraño... y te espero..."

No me dejó ni decir "Hola" y me cortó... Le mandé un mensaje diciéndole que nos veíamos a la noche... Cancelé mis planes para salir, y comencé los preparativos para ir a visitarlo... (aunque no lo crean, para un simple "dormir juntos" yo necesito hacer muuuchas cosas previas, desde la mascarilla, sacar algunos pelitos que sobran, exfoliaciones, y cortarme las uñas... y todo eso lleva toooda una tarde... La espontaneidad no es para las divas...)

Me tomé el remis demasiado temprano, así que llegué a su casa a las 2.30... como la cita era a las 3 de la mañana, me senté en una plaza desierta y oscura a hacer tiempo... Seguramente, en este momento todos creerán que voy a contarles cómo me robaron, me violaron y me dejaron desnudo tirado abajo de las hamacas, pero no... Creo que hubiera preferido eso, antes que tener que soportar lo que me hicieron...

Este es el momento ideal para invitarlos a leer el próximo post, y dejarlos con la intriga... (jaaa! creido!!! Dago! por favor... te pensás que la gente esta sentada esperando que vos postees!!! por favor!!!! Raciona tu autoestima, ¿querés....?) Pero no lo voy a hacer... Necesito despojarme de esta rabia contenida, porque voy a explotar o perforar el teclado a golpes....

Continuando...

Se hicieron las 3... Salí de la penumbra de la plaza, y me encaminé a su casa... Toqué el timbre...no me atendió nadie...Volví a tocar...Nada... Estaba por tocar de nuevo, cuando alguien bajó la escalera...Ví su sombra a través del vidrio de la puerta, era una silueta extraña, estaba seguro que no se trataba de Pablo....

Silueta: Hola... Soy Daniel, Pablo esta durmiendo, me dijo que te avisara que volvieras en una hora más o menos...

Yo: (desconcertado) Ehh...

Silueta: Chau... (portazo... Cerradura... Pasos subiendo la escalera... Silencio...Silencio....Silencio...)

En ese momento me puse rojo, me empezó a latir muuuy fuerte el corazón, se me hincharon las venitas de la frente y el cuello, apreté tan fuerte los dientes que rechinaron y me dolió toda la cara...
No sabía si patear la puerta de vidrio, colgarme del timbre hasta que Pablo bajara, llamarlo por teléfono para que al menos me explicara para que mierda me hacía ir hasta allá si no me iba a atender...

Opté por la última... No me atendió... En su defecto, me volvió a antender "Daniel" y me repitió "ya te dije, esta durmiendo, volvé en un rato..."
Más bronca me dió, pero no tuve tiempo de responder, porque cortó y después apagó el celular...

Me fui pateando el aire, hasta encontrar una garita de colectivo...Me senté un rato...Me invadía un odio amenazante e incontrolable que se transformó en impotencia y luego en llanto descontrolado.... Cuando me calmé, me dí cuenta que estaba en un barrio donde jamás iba a pasar un taxi o algún vehículo que me devolviera a mi casa, así que emprendí el peregrinaje hacía la avenida más cercana, abordé un auto, lloré en silencio mientras el taxista me miraba por el espejito, y me tiré a dormir vestido...

Cuando amanecí... Con frío, dolor de cabeza, y un poco más tranquilo, el maldito mensaje que descansaba en mi celular, alteró todo el delicado ecosistema en el que había despertado....

Mensajito de pablo: "Bebé, no volviste... ¿Todo bien? ¿Qué pasó?"

NO VOLVISTE!?????????????????? Hijo de puta!!!!!! FUIIIIII!!!! Qué más querías?????

Todavía no me repongo...El celular lo dejé apagado...No quiero saber absolutamente nada por unas horas al menos...

Me voy...Un kilo de helado, dos tabletas de chocolate y la soledad...me esperan en mi casa... Besos.

jueves, 31 de julio de 2008

Aunque no lo crean, fui premiado...



Tarde pero seguro.


El 15 julio recibí La Medalla al Blog Amiable....


Quien hizo entrega del Galardón fue mi Gran Amiga Blogger Cookie!!!! (Todos ya deben conocerla, porque ha posteado en absolutamente todos los Blogs que conozco, y tiene un arcenal de blogs propios, que, no sé cómo, pero los actualiza diariamente... Esta chica es un ejemplo de administración eficiente del tiempo, porque me imagino que a demás de postear, comentar, y leer blogs, comerá y realizará tooodas las actividades vitales que hacemos el resto de los seres humanos).


El premio se lo dedico a las siguientes personas:


Primero a mi Gran Amigo Ki, que me introdujo en el mundo Blog, y me hizo conocer el gustito por esto, incentivándome a que escribiera el mío propio....


Segundo a Cookie, porque a pesar de que mantenemos una relación meramente cybernética la siento mi amiga, y como le dije alguna vez, "si fuera mujer, sería ella..."


Tercero, a todas aquellas personas que me fomentaron a leer y escribir, enseñándome el amor por la buena lectura, y la importancia de la ortografía, la redacción, y todos esos detalles lingüísticos a los que no siempre se les da mucha atención...


Por último al resto de mis amigos, y lectores que siguen este blog, comentan, y se hacen eco de mis historias...


Ahora, luego de los agradecimientos, debo pasar la posta... Yo no cuento con tanto tiempo como cookie para leer blogs, por lo que a mi se me hizo un poquito más sencilla la selección de blogs para premiar. Los elegidos son:


1- Vic con "No sabe, pero contesta!"... Un blog lleno de historias muy bien escritas, que ocurren en lugares de mi ciudad, y eso es lo que más me gusta, porque cuando voy viajando en colectivo, veo esos lugares donde ocurrieron sus historias, y las recreo para mí...


2- "La bonaerense" .. Una maestra de Inglés de escuelas públicas de Buenos Aires que nos muestra una realidad que muchas veces no vemos, o a la que no le prestamos atención, y me da una razón para estar seguro de lo que estoy estudiando y para lo que estoy estudiando... Nos muestra que todavía hay gente con vocación y que cada uno desde nuestro lugar puede aportar un poquito para hacer más feliz al otro y para cambiar las cosas...


3- José Playo en "A Secas..." Un blog minimalista con pequeños delirios de un gran escritor y blogger cordobés... Pequeñas delicias llenas de ironía, humor, y verdades ocultas de una mente extraña... Tiene otro blog, "Peinate que viene gente" pero ese es más reconocido...


4- El último: Clau, con sus "Sucesos Argentinos" otra cordobecita con un Blog donde conviven reflexiones póliticas, compromiso ideológico, sueños delirantes, viajes de placer, y pequeñas historias cotidianas...


Y obviamente, aunque ya fue premiada, quiero reconocer una y mil veces los dos blogs de mi Little Cookie, Rayando la Histeria y su otro bebito predilecto ¿A vos no te pasa?


¡Muchas gracias a todos!...

lunes, 28 de julio de 2008

Ya era hora...

(Continuación....)
Ese domingo nada salió como lo esperaba... Salió mejor de lo que esperaba!

Para empezar me enfermé. En ese momento creí que ibamos a tener que seguir posponiendo el encuentro. Pero me llamó e insistió que quería ser mi enfermero. Sucumbí a su pedido y le dije que si... Me tuve que levantar y con 40 grados de fiebre ponerme a acomodar toda mi casa, en el tiempo que tardaba en llegar el taxi. Lo conseguí pero a costa de mi salud física... llegó y mi casa relucía como el Castillo Esmeralda de "La historia sin Fin"...
Llegó con una bolsita de Farmacity, con muchos analgésicos y chocolates, ¡Justo lo que necesitaba!
¿Quieren detalles? Es más lindo de lo que me imaginaba, y parece que yo le gusté a pesar del estado calamitoso... Se quedó toda la tarde atendiéndome, me preparó la merienda, me la llevó a la cama y hablamos como condenados hasta que se tuvo que ir a trabajar.
Me aturdió a mensajes el resto del día recordándome los horarios de los remedios, y en su recreo me llamó para ver que estuviera bien.
Mi enfermedad se prolongó una semana completa, y todos, absolutamente todos los días tuve su compañía... ¿Besos? No. La gripe no nos lo permitió, pero las miradas intensas, las caricias, los mimos, y las risas no escasearon...
El médico me dió el alta, e instantáneamente se lo informé....
Pasaron 36 segundos y recibí su llamado.... Ansioso me dijo que me estaba esperando, que fuera para su casa, que quería verme...
Rápidamente fui... Subí... Me invitó a pasar, nos sentamos en un sillón blanco, nos miramos.... Detuvimos el tiempo por un instante infinito, acercamos nuestras bocas sin besarnos, prolongando el momento tan esperado... El primer roce...Nuestros labios se reconocían lentamente, las manos acompañaban al compás de sus caricias... Primero la lentitud, la pericia, el contorneo paciente de dos bocas ardientes.... Luego la pasión, el descontrol, el deseo contenido, las lenguas encontrándose en la cálida humedad de la profundidad de aquel beso inagotable... La luz de la tarde nos abandonó y la noche fue el escenario para el debut apasionado, donde dos cuerpos parecían ya conocerse, y se entrelazaban en caricias avivando un fuego que no parecía querer extinguirse... Así las horas fueron agotándose y el amanecer nos sorprendió desnudos, entre sábanas alborotadas, risas extenuadas, con un vino tinto a medio beber y el deseo de que ese abrazo no acabara nunca.

jueves, 24 de julio de 2008

El Encuentro esperado...

Si ya lo sé... Fue una larga ausencia, y hay una historia inconclusa, de la que todos quieren conocer el final. Pero lamento mucho defraudarlos, al parecer esta no tiene (y probablemente tampoco tendrá) el final abrupto de todas mis otras aventuras, sino que, afortunadamente y luego de una laaaarga espera, las cosas comenzaron a salir un poquito mejor. Espero que nadie deje de leer el blog debido a que ya no me pasan cosas tan terribles (sé que muchos leyendo mis historias se sentían un poquito reconfortados con su vida amorosa, porque veían que había alguien que la pasaba peor...jaaaa!)... Pero bueno, vayamos al grano y retomemos la historia donde había quedado....

Como era de esperarse no me lo encontré en el colectivo aquella tarde. Pero no hizo falta porque no iba a dejar en manos de azar la continuación de todo esto. Iba a hacer todo lo que estuviera a mi alcance para, al menos, encontrarme con él en persona y conocerlo, luego, la buena onda ya no dependía de mi, pero me iba a esforzar para que todo siguiera sobre ruedas. Yo, como sabrán, a esta altura ya estaba profundamente ilusionado, y sentía que flotaba... estaba más torpe que de costumbre, y distraido como nunca.... Había escrito para proponerle un encuentro, y esperaba ansioso su respuesta, respuesta que no llegaba y yo me impacientaba.
Luego de aproximadamente 45 minutos suena mi celular, salgo del baño corriendo y atiendo con la boca llena de pasta dental... Era él. Me pidió perdón y me preguntó si estaba comiendo, porque no me entendía nada de lo que decía... Se rió con mi explicación y esperó al teléfono a que me enjuagara para seguir hablando. Luego de que escuchara todos los buches, arcadas, y escupitajos que propiné para limpiar mi boca (si... no tuve el decoro de dejar el teléfono en la otra habitación, lo tuve que llevar al baño conmigo) y de que se repusiera del ataque de risa que esto le produjo, continuamos nuestra conversación. Por cuestiones de trabajo pudimos recién combinar para el domingo a la tarde, en unas horas libres que justo nos coincidian a los dos. Me invitó a merendar a un lugar muuuy lindo del centro, y se despidió diciéndome que no veía las horas de verme, y que iba a soñar con mi voz. Yo me reí como una adolescente estúpida de quince años y le dije que me iba a empezar a depilar desde ya para estar listo para el domingo... Un silencio se abrió en el teléfono y me di cuenta de la pelotudez que acababa de decir, así que aclaré que yo NUNCA me había depilado.... Luego de eso preferí cortar porque sabía que si seguía hablando me iba a cancelar la cita y no me iba a responder nunca más un mensaje...

Lo demás... lo otro... tooodo eso que ustedes quieren saber, me lo guardo... Sigan esperando.... ¿Quieren un adelanto? Por ahora no les voy a decir nada, sólo que desde el domingo un segundo cepillo de dientes descansa junto al mio, cerda contra cerda, en el baño de mi casa....

jueves, 17 de julio de 2008

Y fue un varón....

Aliviado y tranquilo...

Luego de meditarlo, charlarlo, consultarlo, y buscar consejo... Todos me decían "llamá! llamá!"... pero con eso no alcanzaba... Necesitaba algún tipo de lógica que me garantizara un poquito más de certeza, algo que me dijera "seguro es un tipo"... Y ahí llegó mi amigo Santafesino (esta vez lo escribí con S), al que vamos a llamar xt! y me dijo "una mina no hace eso. Una mina pone directamente su nombre y no tiene nada que perder, un tipo no pone su nombre porque primero tiene que asegurarse que vos tengas su misma onda... que seas gay, también..."
Ese fue el argumento que necesitaba para tomar la decisión... Anoche a las 2.45 de la mañana antes de irme a dormir mandé el mensajito... y me dormí esperando la respuesta....

Hace mucho que un simple mensaje no me alegra la mañana de esta manera... Decía algo así:

"¡Por qué me hiciste esperar tanto!... Quedate tranqui, me llamo Pablo... ¿Te cruzaré en el E5 nuevamente?"

¡Y fue un varón no más...! xt! tenías razón.... Eso me tranquiliza profundamente...

Y desde esta mañana cada 5 minutos abro la bandeja de entrada de mi celular para volver a leer esas palabras... "¡Por qué me hiciste esperar tanto!" Así, con signos de exclamación, como lo leen.... Se imaginaran que no hay lugar para mi Ego en esta habitación...

Pero el miedo aun no se ha ido...

¿Saben hace cuánto no conozco a nadie que siente que unas pocas horas sin saber de mi es "esperar tanto"?...

Por el momento sólo tengo el buzón de entrada abarrotado de mensajes de un chico que me vio babearme en un colectivo y al parecer eso le resultó angelical... No sé si es una buena señal, no sé si corresponda que empiece a ilusionarme (bue... está bien, que siga ilusionándome... no se puede mentir acá, che!)... Sólo se que se me está haciendo tarde para tomarme el E5, y recostarme a dormir, un ratito, esperando despertar y encontrarme con él contemplándome desde el asiento de al lado.

miércoles, 16 de julio de 2008

P. (Así nomás, Pe Punto...)

Tomé el E5 como cada tarde a la vuelta del trabajo. Me senté en un asiento doble que estaba vacío y me dispuse a dormir esa pequeña siesta de omnibus, desparramándome bien desparramado aprovechando que los dos asientos estaban libres.
Mi reloj biológico me despertó una parada antes de la mía. Mientras acomodaba mis cosas para descender, vi que un papel doblado al medio asomaba del bolsillo de mi bolso, lo agarré para no perderlo y me apresuré para llegar al timbre antes que se pasara mi parada...
Una vez en tierra firme miré el papelito, no recordaba haber guardado nada en el bolsillo externo de mi bolso.
Al desdoblarlo me encontré con la siguiente sorpresa. Una nota que decía:

"Me senté en el único asiento libre del colectivo, y ví que un ángel descansaba al lado mio. Espero volver a verlo algún dia. Mi teléfono es 0351-15*******. Besos. P."

Al principio me emocioné y casi escribo un mensaje a P., pero, ¿De qué sexo es una persona que se llama P.? Con la suerte que tengo yo, seguramente me encuentro con una Patricia, Paola, Paula... y yo no quiero ninguna Patricia, Paola ni Paula....Yo quiero un Pablo, Patricio, Paolo (aunque si se llamara Paolo lo pensaría dos veces....)

Así que aquí me encuentro, con un nuevo contacto en el celular llamado P., con una intriga que no me deja pensar en otra cosa, y sin ganas de anotar en una decepción más en mi haber .... Por el momento me limitaré a postear esto, y meditaré qué hacer... No creo que aguante mucho sin escribirle, pero me gustaría disfrutar de la idea de un admirador secreto por un ratito más... Y hacer de cuenta que detrás de ese número me espera, por fin, mi Principe Azul...

viernes, 4 de julio de 2008

Planes inesperados.

(...Continuación...)

Es muy dificil encontrar las palabras para describir lo que sucedió esa noche.
Es bastante complicado entender cómo algo que parecía ser perfecto lograba en tan poco tiempo entrar en un universo sin sentido.Peor aun, no entiendo cómo dejé que pasara, pero en muy pocas horas sentí que había perdido las riendas de mi vida y que se las había entregado a un completo extraño, que me estaba conduciendo hacia un delirio incomprensible.

Esa noche, luego de besarnos fogosamente en el boliche, procedimos a las presentaciones correspondientes:

Chico lindo: ¿Cómo te llamas?
Dago: Dago... ¿Vos?
Chico lindo: Fernando. No soy de acá, vengo de Esperanza, un pueblito de Santa Fe. Ese que estaba conmigo es, o era, mi novio... Ya no sé.

(Auch! cuánta información junta!)
Dago: Ajá... Pobre tu novio, a mi no me gustaría ver a mi chico besándose con otro al frente mio.
Chico Lindo: Supongo que por eso se fue. Me dejó diez pesos, serán para el taxi. Pero el tema es que yo estaba parando en su casa. Ahora no creo que pueda volver, vos no tenés un lugarcito para mi?

En este punto había hecho la carita del Gato con Botas de Shrek II. Se darán cuenta que no pude negarme a su "auto-invitación".

Fuimos a casa. Consumamos todo lo que habíamos deseado en el boliche. Extenuados nos quedamos dormidos. Como es mi costumbre, me levanté más temprano, desayuné mientras lo miraba dormir. Yo seguía obnubilado por su belleza, y trataba de disfrutar la fantasía, porque sabía que, igual que Cenicienta, el hechizo iba a durar poco, él tenía novio, era de otra provincia; no había lugar para las ilusiones. Pero las ilusiones habían entrado sin permiso, nadie las llamó, pero yo ya me estaba imaginando cómo sería ese pueblito santafesino, y si su madre me caería bien, o lo que es más, si yo le caería bien a su madre.

Los arrumacos, los besos, las caricias y la ternura inagotable se sucedieron hasta entrada la tarde. En ese momento él comenzó un monólogo donde me confesó una serie de "planes" que tenía para su vida.... Planes en los que, por alguna extraña razón que desconozco, me incluían a mí... Planes maquiavélicos, perfectamente premeditados, organizados en cada uno de sus detalles. Planes descabellados, insensatos, incoherentes... Planes en los que él disponía de mi sueldo, de mi tiempo, de mi casa, de mi futuro, para poder concretar su anhelo de mudarse a Córdoba en dos años... Planes en los que yo sólo era una pieza de un engranaje que ya estaba en funcionamiento...

"Yo me vengo a vivir acá, vos me mantenés un año hasta que termine el secundario, yo después busco trabajo y empiezo la facu..."

"¿Querés que tengamos un perro? Yo prefiero un labrador, pero si querés te dejo elegir a vos?".

"¿Cuánto ganás? Porque ahora seríamos dos."

"Tendría que hablar a mi casa. ¿A esta altura del año puedo pedir el pase, no? El Carbó es buen cole... ¿me averiguarías el lunes cómo tengo que hacer?"

"te parece un departamento en Nueva Córdoba? nos podríamos mudar!... me gusta más ese barrio, a demás, quiero un balcón..."

Y podría seguir, pero no me animo... Mi cara se desfiguraba a cada instante, y de a poquito me iba alejando mientras me ponía mi ropa, y le "insinuaba" que tendría que ir a arreglar las cosas con su novio, porque se debería estar sintiendo muy mal en este momento, quizá esté preocupado...

Y aquí vino la gota que revalsó el vaso, porque hasta el momento todo había sido palabrerio sin sentido que se resolvía con pegarle una patada y no darle más bola, pero sin ningún tipo de reparo me dijo:

"Lo peor... es que mi ex-novio (a esta altura ya era EX, de lo que deduzco que yo era EL ACTUAL)... me iba a pagar el viaje de vuelta. No creo que me perdone. Y tengo que volver a mi casa... vos no... vos no me pagarías el viaje? son Veintitres pesos no más..."

(Ahhhh no!!!! cualquier cosa menos plata!!!!.... )

Ahí me puse firme y le dije "va a ser mejor que te acompañe hasta la casa de tu novio, que arregles tus cosas..."

"¿Pero no la estamos pasando bien?"

"¡Genial!... Pero insisto... Te acompaño. Pensá en él, no es justo lo que le estás haciendo." (Y ni sueñes que te voy a pagar el viaje....)

En el momento en que cruzó el umbral de mi puerta, sentí que volvía a tener control sobre mi vida.
Respiré aliviado...
borré su número de mi celular...
A la media hora comenzó a sonar...
Era un número que no conocía...
... Yo a desconocidos, nunca les atiendo el teléfono.

sábado, 28 de junio de 2008

La Danza del Apareamiento...

Lis, Ki y Dago se preparaban para salir. Era una noche más de sábado, que giraba en torno a una consigna "rescatar a Süller de su soledad, y ver si daba el perfil para que fuera parte del grupo" (Cada tanto a Ki se le ocurren esas ideas descabelladas, y quiere jugar un rato a la Madre Teresa de Calcuta y nos involucra a todos en sus empresas solidarias. Esta noche, la víctima de nuestro instinto filántropo fue Süller).

La noche estaba divertida, el boliche particularmente entretenido, Ki y Yo jugabamos a imitar a las mojitas de "Cambio de Hábito" mientras Lis y Süller habían ido a comprar algo...

Todo se sucedía normalmente, hasta que mi mirada se cruzó con la de otra persona... El intercambio fue fugaz pero intenso, lo vi dirigirse al baño y fui detrás de él. Sin embargo, el coraje me duró poco y mi plan de hostigamiento y persecución fue abortado antes de empezar.

De vuelta en el grupo, vi que Süller estaba particularmente interesado en Ki, y que Ki estaba comenzando a arrepentirse de sus pretenciones altruistas.

Repentinamente el chico que había capturado mi mirada hacía unos instantes volvió a ubicarse cerca mío, y respondió a mi asombro con una sonrisa y un insinuación perversa con su lengua. Así, entre sonrisas y lenguaje de señas nos fuimos acercando, intentando que pareciera casual que nuestras espaldas se encontrasen. Comenzó "la danza del apareamiento". Ante las miradas atónitas de Ki, Lis, y Süller, yo bailaba desenfrenado contra el cuerpo macizo de este chico, que sostenía mi cintura con sus manos e insolentemente acercaba las mías a su pelvis y las acompañaba en el camino hasta su pubis...
Una vez que el fuego fue encendido, y la pasión había sido desatada, nuestros rostros se enfrentaron por primera vez y el beso no se hizo esperar. Su voz no la escuché hasta más tarde, la urgencia del deseo, no había dejado lugar a las palabras ni a las presentaciones...

Pero ese no fue el fin de la noche, el portal hacia la dimensión desconocida recién había sido abierto, y un par de ojos verdes, unas manos firmes y esos labios que se entregaban solícitos a los mios, me condujeron, cual canto de sirena, a las profundidades de un absurdo incomprensible....

martes, 17 de junio de 2008

Un montón de nada....

Si...Me ausenté por 15 días. La excusa: estuve estudiando. La realidad: nadie estudia todo el tiempo.
Se preguntarán que otras cosas estuve haciendo a demás de tragar cientos de páginas sobre la cultura inkaica (nos obligan a escribirlo con K). En pocas palabras, exprimí las últimas gotitas de jugo que le quedaban al chat, hice uso y abuso de sus "servicios", al punto tal que ahora entro y me saludan por mi nombre, y podríamos abrir una sucursal de arnet o de gay.com en mi msn.
Como se darán cuenta, tuve varios encuentros. Más de los que estoy acostumbrado. Tantos y tan consecutivos, como poco memorables. Tan poco memorables que ninguno de ellos merece un post individual porque pecaría de exceso de síntesis y de falta de contenido. Así que en este post va un resumen de cada una de esos seres, fantasmas cybernéticos que cobraron materialidad para volver a desaparecer tras un "no admitir" de msn.

El primero del montón. La charla de rigor se prolongó bastante, y nos tomamos como cuatro horas para extender la sesion de lujuria. Pos data: se creyó con el derecho de caer a mi casa de sorpresa, sin avisar, para dormir juntos nuevamente. Mi respuesta:

"A mi casa sólo vienen sin avisar mi vieja y algunos pocos amigos".
"bueno, creí que había onda".
"Si, había."
"¿Me voy?".
"Seguís acá?"

El segundo, ni si quiera vale la pena nombralo y encima es el amigo de un amigo mio (de eso me enteré después...) Lo único que puedo decir es que nunca había tenido sexo habiendo cruzado sólo 3 monosílabos previos y nada más.... Y que nunca me fui tan rápido después de haber estado con alguien.

El tercero fue raro. Se invitó a dormir, y por alguna extraña razón no le dije que no. Después me arrepentí cuando me fui a acostar (me quedé terminando unas cosas de la facu), afortunadamente luego de un "segundo tiempo" al rededor de las 5 a.m., se percató que ya no era bienvenido y en vez de volver a arroparse entre mis sábanas tomó la sensata decisión de que "es mejor que me vaya, así descansas bien".
Quien se queda sin que lo inviten, se va sin que lo echen...

El cuarto de la lista, me llevó a pasear en auto, y dentro de ese auto cumplimos una de mis fantasias, a la que el público circundante agregó un plus de adrenalina que estuvo bueno. Unos días después tuvimos un reencuentro, para completar lo que habíamos empezado, porque en un auto no se pueden hacer demasiadas acrobacias.

El quinto y penúltimo del montón, fue un desperdicio de cospeles y encima me lastimó el labio cuando me besó. Por suerte se me hacía tarde y no dejé que siguiera lascerando mi cuerpecito. Me retiré a tiempo, antes que tuviera que recibir atención médica.

El último de la lista fue este sábado, lo conocí en un boliche... Pero a este le vamos a dar un poco más de tiempo para que haga méritos a ver si se hace merecedor de un post para él solito....

Conclusiones:
1- La promiscuidad no es tan mala, e incluso resulta divertida, aunque no es sostenible en el largo plazo (ni quiero que se continue en el largo plazo) por cuestiones de imagen y de tiempo. A parte, el mercado luego de cada encuentro se va reduciendo, haciendo que cada vez sea más complicado conseguir a alguien.

2- Tengo prohibida la entrada a cualquier chat dentro de un radio de 500 km (si, si... Recibí visitas de Santiago del Estero...Ahí tampoco me admiten.)

3- A pesar de ser muy lindo, ni el sexo por el el sexo mismo, ni el amor sin sexo, son un buen negocio.

4- Este post resultó sumamente aburrido! ja... pero bueno, al menos están al tanto de qué es lo que he andado haciendo estos días... Todo esto lo hice para tener algo que contarles! (Ja!... linda excusa... me revuelco con media Córdoba, para recopilar material para la bloggósfera... )

5- Me acabo de acordar de dos más que se me habían pasado por alto... je... je... "Me siento sucio..." JA!

lunes, 2 de junio de 2008

Un cuarteto en el Olmos.

¿¿¿¿Ese maldito elefante no tenía mejor idea que mearme encima????
¿¿¿¿Acaso un elefante no tiene nada mejor que hacer?????
Todo empezó así. En el chat.

Dago_dC: ¿Y?... ¿Nos juntamos? Decime cómo sos...

Mariano22cba: Rubio, 1.80m, delgado... Dale, nos veamos... Voy a ir con un buso rojo... y bufanda blanca.

Dago_dC: Dale. Mañana en el Olmos, 14 hs, yo te busco. Me voy. Me quedo sin plata. (yo siempre ando sin plata... tengo que hacer algo con eso.... )

14 hs. Puntual apoyado sobre la barandita del Patio Olmos. Nadie que coincidiera con la descripción. Esta vez no estaba dispuesto a esperar más del tiempo reglamentario: 15 minutos.
14.05 hs. Nadie. Llegó un chico alto y rubio. Tenía un buso rojo, pero no tenía bufanda. Me paré cerca, por las dudas, para mirarlo mejor y ver si hacía alguna señal. Nada.
Eramos cuatro. Yo, el chico de rojo que recién llegaba, un gordito de buso azul que parecía un chanchito que estaban por sacrificar: no se quedaba quieto, daba vueltas, le transpiraban las manos; otro chico sumamente hermoso que me miraba mucho, me hubiera insinuado si no fuera porque tenía un cita pactada y porque no era nada parecido a la descripción de quien esperaba.
Se hicieron las 14.15 hs. El chico lindo seguía ahí mirándome insistentemente, el gordito se movía tanto que ya me había puesto nervioso, y el de rojo se fue con una chica: descartado.
Me cansé y me fui. Tenía muchas otras cosas importantes para hacer como para seguir esperando.
Hice media cuadra y sentí que alguien gritaba mi nombre. Me detuve. Miré por el reflejo de una vidriera: era el gordito que venía corriendo a mi encuentro. Intenté huir, pero no sabía qué hacer, no entendía por qué gritaba mi nombre, y no quería ni siquiera imaginarme que se trataba de mi cita.

Gordito: "Hola... Soy Mariano..."

(fuck! se trataba de mi cita...)

Dago dC: (mirándolo sobre mi hombro)... ¿Disculpa?
Gordito: Si! nos ibamos a juntar acá, en el Olmos. Estaba esperando que me saludaras, como vi que te ibas, te saludé yo.
Dago dC: Ajá... En principio, yo esperaba a un tal Mariano a las 14, no a las 14.20. Segundo, iba a venir con buso rojo y bufanda blanca... y Tercero supuestamente era alto, rubio y delgado. Vos no estuviste a las 14, ni siquiera te tomaste la molestia de ponerte una bufanda blaca, y sos peticito, gordito y esos reflejos necesitan un retoque.
Gordito: Pensé que no te iba a importar... No parecías un chico superficial...
Dago dC: Y vos no parecías un chico mentiroso... No me molesta juntarme con un "gordito, petizo y teñido"... siempre y cuando no este esperando a un "alto, rubio, y delgado"...
Gordito: Bueno... Ya estamos acá... Podemos ir a tomar algo...
Dago dC: Vos estas acá... Yo, ya me fui.

En ese instante, me agarró del brazo, y desplazó su mano hasta la mía...

Gordito: Perdón... Empecemos de cero...

En ese preciso momento, el chico lindo que estaba en el Olmos pasó por atrás de él y nos miró... me sonrió, levantó los hombros, y negó con la cabeza...

Lo odio! lo odio! lo odio! ¡Maldito puto! No sólo me hizo perder el tiempo con un ecuentro que no fue, sino que me hizo perder la posibilidad de que el chico lindo se me acercara... o acercarme, o algo... Pero con el chico lindo!!!!!!!
Por un instante pensé en salir corriendo y decirle "no es lo que pensas, no somos nada..." pero me contuve, por suerte. Iba a ser demasiado.
El Gordito sólo con ver mi cara entendió que por el bien de su integridad física me tenía que soltar y dejar que me vaya... Y me fui.
Nuevamente había sido estafado... Fui hasta la parada de colectivo, justo estaba el omnibus que tenía que tomar, pero decidí caminar, necesitaba descargarme. Cuando pasó el colectivo en frente mío, miré a los pasajeros... Si. El chico lindo estaba arriba.
Sólo me quedaba caminar.

viernes, 30 de mayo de 2008

Matemos a Vicente...

Vicente, ese bichito perverso que ven al costado de la pantalla fue incluido en mi blog en honor a una persona, si... tenía un significado, pero como hoy estoy mucho muy enojado con el sujeto en cuestión, no debería estarlo, pero lo estoy... y mi psicologa no está disponible hasta el jueves así que sólo encuentro una manera de solucionar esto: Metemos a Vicente, es la mejor manera de desquitarme y de sacarme las ganas de "ahorcar a alguien"...
Luego de hecha la descarga, me despido. Y traten de que su muerte sea muuuy dolorosa...

jueves, 29 de mayo de 2008

Mi primer amor (la última entrega...)

Y así fue... Tuve mi primera vez... Decepcionante, aburrida, nada que ver con lo que uno se imaginaba que era el sexo. Y para colmo de males estaba en Alta Gracia, quería irme y todavía faltaba "el almuerzo" que había servido de excusa para mi presencia allí.

El ambiente era denso. Quien hasta ese momento era Mi Novio estaba feliz por todo lo que había sucedido, yo sólo pensaba en bañarme. Él cocinaba, y hablaba de futuro, de sacarme un "abono" para que pudiera viajar más seguido, mientras le arrancaba las tripas a un pobre pollo y cantaba un tema de la ópera "Carmen"... y yo, yo sólo quería bañarme y salir corriendo... Pero me dije "sonreí, hacele creer que la pasaste tan bien como él, disfruta del almuerzo, y luego regresa a tu vida de adolescente y desaparecé de la de él..." Y así fue... Eso hice... Me propuse hacerle creer que me estaba haciendo la persona más feliz del mundo... Eramos una parejita perfecta, él miraba por la ventanita del microondas a su pollo cociéndose en jugo de mandarinas (no consigió naranjas), y yo ponía la mesa, doblaba servilletas de papel, limpiaba los restos de piel de pollo desparramados por toda la cocina... De repente sentí la sensación de que eso podía empezar a funcionar, que podía hacer el intento de seguir conociéndolo, que después de todo sólo había sido la primera vez, de a poco el sexo iba a mejorar, y era lindo sentir que alguien se interesaba por uno, que me dedicaban temas de Arjona y que preparaban una "comida especial" EN MI HONOR...



Cuando terminé de poner los lugares en la mesa me dijo "agregá un plato más", yo le pregunté "¿Diego, tu amigo, viene con alguien?"... "No, no... es otra persona, agrega un plato".



Extraño. Hasta donde yo sabía eramos su madre, su mejor amigo, él y yo, el flamante noviecito. Pero no pregunté más nada, acaté su orden y nos dispusimos a esperar a los invitados.



Llegó la madre, me miró con su cara de "no entiendo que haces acá", tiró un par de indirectas del tipo "pensé que sólo era para los mas íntimos" o "me hubieras dicho y le digo a la portera del colegio que viniera, total... parece que está todo el mundo invitado". A lo que sólo respondí diciendo "Si, parece que a Edipo también lo invitaron", pero nadie entendió. Yo seguí en mi idilio de Ama de Casa recién desvirgada.

Luego llegó el amigo que no dejó de hacer todo tipo de ademanes en honor a mis atributos, y comentarios como "que rico el pebete que comimos los otros días" y otro montón de boludeces que me pusieron más íncomodo que las giladas de la vieja...

Estabamos los cuatro sentados en la mesa, y el lugar extra seguía vacio, y todos esperando a que llegue "alguien" que no me querían decir quien era... Hasta que la Señora dice "¿Por qué tardará tanto Mercedita?"...



"¿Quién es Mercedita?" Pregunté inocentemente... Diego y mi Novio se miraron, la madre atinó a dar una respuesta, y fue interrumpida, cambiaron de tema rotundamente... Algo no olía bien... (al margen del pollo a la mandarina, que no tenía un aroma agradable, precisamente.)



Timbre...



Él pegó un salto de la silla y fue a abrir. Entró la taaaaaan esperada "Mercedita"... y lo saludó con un beso, un beso EN LA BOCA... No entendía lo que pasaba, sentía que había ingresado a un universo paralelo, la vi sentarse al frente mio, me dio un beso... Sirvieron la comida, mi cara se había transformado, era una gran incognita quién era esa mujer, por qué le dio un beso en la boca a Mi Novio! a Mi Novio!!!! , y por qué la madre a cada rato hablaba de "la ceremonia"...



Hasta que todo se aclaró, ella metió la mano en su bolso y sacó un revista, y entonó las siguientes palabras:



"Mirá amorcito, salimos en la revista dominical!, ya tenemos fecha para el 17 de diciembre... Ya toda la ciudad sabe que nos casamos!!! no va a faltar nadie... "

Se iba a casarrr!!!!!!! y el muy cretino cara dura no tuvo el menor reparo en sentarme al frente de la futura novia, sin si quiera tener la delicadeza de ponerme al tanto de la sitación!!!!!!

Matame Dios acá!!!! Dame una muerte dolorosa y con mucho sufrimiento!!!!!!

Que pedazo de infeliz!!! y yo ahí.... mirando modelitos de centro de mesa, viendo fotos de tortas, y analizando presupuestos de salones para que MI NOVIO se casara con una estúpida!

Él parecía disfrutarlo mucho... "Amor, te doy la patita, que sé que te gusta", "Bebe, te gusta la comida que hice en tu honor???" ¡En tu honor! ¡Maldito estafador! Lo mismo me había dicho a mi hace un rato...

El corazón no dejó de palpitarme, creo que se escuchaba a un kilometro a la redonda, mi cara de orto era indisimulable, y ellos parecía que estaban muy felices con el espectáculo que se había montado. Cada uno, a su manera, desde su propia ignorancia, o desde la plenitud de su conocimiento se reía de mí, y yo quería correr rápido y lejos, pero estaba perdido en una ciudad que no conocía...

Pero todavía faltaba el postre, y yo por nada del mundo me pierdo una porción de torta... Así que ahí me quedé sentado, a la espera de que alguna migaja de cariño cayera sobre mi plato.