domingo, 26 de octubre de 2008

El duelo.


"Dejé a mi novio para estar con vos" me había dicho hace tres semanas.
Yo casi no lo conocía y jamás me había llamado la atención, pero me pareció el mejor acto de amor que nadie habría podido hacer jamás. (En honor a la verdad: me sentí la persona más linda del universo. ¡Dejó a su novio para estar conmigo!...¡Soy un Dios!)
Ya habían pasado 3 semanas de aquella frase que había logrado amordazar esa voz interna que nos alerta de los peligros, y ya me había arrojado a una nueva aventura con final incierto. Tres semanas que fueron un banquete para mi autoestima, en el que los halagos eran manjares que se degustaban con irreverencia y sin pausa. Mi ego pecó de gula y vanidad, y es ley que los pecados se pagan, y a veces demasiado caros.
Esa misma mañana estábamos en su departamento. Flamante departamento que hacía dos días había estrenado y yo recién conocía. Flamante monoambiente a compartir con su amiga. Flamante piecita que iba a ser, sin lugar a dudas, nuestro "nidito de amor", pequeño nidito de amor.
Mientras él se duchaba yo preparaba el desayuno, encendía unos sahumerios, ponía música, oscurecía la habitación y preparaba el clima adecuado para que a la inauguración no le faltara nada... Me acosté en el suelo y probé varias poses para ver cuál era la adecuada, había que sacarle provecho al poco espacio que nos quedaba en ese cuarto diminuto atestado de muebles. Cada vez que alguno se movía parecía un juego de Tetris Humano. Y no podíamos contar con la cama: cucheta. Y encima, techos demasiado bajos- vicios de la arquitectura moderna. Hubiera parecido un acto de contorsionismo... Aunque deberíamos haber probado, con un poco de práctica quizá Susana nos invitaba a su living. ¡Un éxito total!.
De repente, mientras yo estaba en el suelo intentando pasar mi pierna por sobre la cabeza, sonó el timbre. Me pidió que bajara a atender mientras él salía del baño. "¡Debe ser equivocado, todavía nadie sabe que me mudé!" dijo...
Abrí la puerta esperando encontrarme con la tía del anterior inquilino y grata fue mi sorpresa cuando tras esa puerta estaba él, su EX.

Comenzó el duelo....

Nos recorrimos con la mirada, reconocimos cada uno a su oponente. Yo saludé como el caballero de guante blanco que soy, él pasó sin pedir permiso y se dirigió a las escaleras. Conocía muy bien el lugar como para no haber estado nunca ahí.
Próxima escena: El EX y yo, uno en cada punta del departamento (Si es que a ese lugar se le podían encontrar dos puntas. ¡Estaba todo tan amontonado!) Él sale del baño, nos ve, palidece, tartamudea. Tienen una discusión sobre deudas y dinero. El EX me pide que me vaya (Como leen: el EX me pide que me vaya...) Yo le digo que a mí me invitaron. Ante mi resistencia bajan ellos para hablar en la vereda. Yo espío por la ventana. (¿Acaso alguien dudó que lo iba a hacer?)
Pasa un tiempo y veo que él regresa y deja a su EX solo. Yo inflo el pecho y me preparo para recibir mi trofeo. Había salido victorioso en la batalla. Observo una vez más a mi adversario y suelto una sonrisa triunfal y desdeñosa. La estocada final. Mi golpe de gracia.
La puerta se abre. Yo estoy exhultante a la espera de que él se arroje a mis brazos. Cuando me acerco me rechaza, improvisa una excusa y dice:

"Va a ser mejor que te vayas..."

El vencedor se transformó en vencido. Quise salir sin mirarlo pero no pude evitar verlo en la vereda con su sonrisa cínica, devolución de cortesías supongo.

"Dejé a mi novio para estar con vos" me había dicho. Yo le creí.
Los pecados se pagan caro. Y la credulidad parece también ser uno de ellos.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Tesoro a vos no te vencieron.
Vos ganaste y mucho.
Pidiste ver antes de transformarte en un integrante del Cirque du Solei pudiste ver que tenias a una especie de Aquaman de la lujuria al lado que te iba a hacer muy mal.
El que perdio fue el ex porque vio en su cara el claro ejemplo de su fracaso. Cuanto le durara uno, dos o quizas tres polvos, mas no, por ende deja la grasitud toda junta, en su ambiente pareciendo monos titi. Vos sos la diva, vos jamas lo dejaste ni jamas te pidio que te fueras, ego en mano, autoestima bien arriba, vos elegiste salir porque el ex fue a romper las pelotas y en conclusion nadie te quita lo vivido. Tomalo como una breve experiencia mas y como una frase o excusa mas para el libro de la vida.
Besote.
Javo

Sil dijo...

Ya pasó! Lo importante es que ahora sos feliz

El Humanista dijo...

que buena descripción del monoambiente... yo dería más que los pecados se pagan caros, algunas cosas son pan para hoy y hambre para mañana.

Mi querido, que te guste ver a un mago hacer magia y sacar su conejo de la galera, no quiere decir que tengas que creer realmente que es harry potter ¿no?


besote

Café (con tostadas) dijo...

ah... el viejo truco de "dejé a mi pareja por vos"...

Guillotina, pasamos 3 o 4 y después es más fácil!

En serio, ánimo y pensá que lo descubriste con poco (en relación)

where-is-wally dijo...

"Dejé a mi novio para estar con vos" ????????

Salí corriendo!!! siempre pasa lo mismo jaja