domingo, 12 de octubre de 2008

El reloj.

Sábado por la noche. Restos de pizza descansan fríos en una caja junto a la cama. Una cucaracha se arrastra sobre el banquete nocturno. Un festín de aceitunas y queso es el señuelo. Un golpe seco acaba con ella.
Mis ojos contemplan los movimientos agónicos del insecto para cerciorarse que el crimen haya sido consumado. Luego retornan a un libro que agota sus páginas velozmente. Un final inesperado me sumerge en la contemplación del silencio... El reloj, con su maldita costumbre de devolvernos a la realidad, me indica la hora: 2 a.m. Me despego de mi almohada y me incorporo con un único y firme propósito: ir a buscarlo...


Entro al boliche con mi mejor ropa. Es la primera vez que salgo solo... Muchas miradas impertinentes se posan sobre mí, pero esta noche únicamente una me interesa...
Tímidamente pido un trago y me recuesto sobre una pared a esperar paciente, al fin y al cabo sé que nunca llega antes de las tres.
Lo veo... Pasa junto a mí y me mira... Comienza un juego de seducción que duraría toda la noche.
Las miradas se buscan, se encuentran, se pierden y se vuelven a encontrar. Parece que los dos jugáramos a las escondidas en aquel laberinto humano.
Inesperadamente lo tengo frente a mí. La música se ahoga en el más abstracto de los silencios y sólo su voz pidiendo permiso retumba en mis oídos.
Un roce, una mano encuentra a la otra... Los cuerpos inmóviles se reconocen y sin que medie otro lenguaje más que el del deseo, se aproximan entre sonrisas y suspiros...


El reloj, con su maldita costumbre de devolvernos a la realidad me indica la hora: 6 a.m. Él ya debe estar saliendo del boliche y yo tirado en mi cama con mi mejor ropa, el cadáver de una pizza junto al de una cucaracha y un libro con final inesperado.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

mientras leia...
pero si yo no lo vi anoche!!!!

Anónimo dijo...

El reloj suele ser un gran enemigo intimo en situaciones como esta... aunque pueden variar, como cuando hay que estudiar y las agujas parecen correr en camara rapida...

El juego de miradas siempre tienen el mismo resultado: alguien cede y cambia el foco visual.. ese creo q es el mejor momento para actuar, siempre y cuando el reloj no esté en nuestra contra...

me gusta tu forma de escribir... soy nuevo en esto y te seguiré leyendo

La Vidu dijo...

excelente. No sé si es cierto, pero es un tremendo relato.

Unknown dijo...

Que decirte.
Yo no puedo ni opinar si tengo mas noches que la luna.

Anónimo dijo...

Celos... celos... me muero de celos. Qué le voy a hacer... probablemente no entre más para evitar contratiempos, jeje.

Beso

Mariana dijo...

¿pero fue todo un sueño?, todo producto del deseo...?

Espectacular Dago, as usual...
que lindo volver a leerte...

exitos en este comienzo de finde...
que la vida te sorprenda de la forma más hermosa!

beso

El Humanista dijo...

me gusta mucho el estilo, no quise comentarte hasta no leerte un poco más desde el principio.

comenté algun posteo viejo tuyo con algunos blogers amigos jaja claro te tengo de fuente y como argumento de autoridad en algun temita jajajjaa


seguiremos leyendo

eso si (hace algo con las cucarachas en tu vida...) jajajajaj


abrazote

Dago dC... dijo...

C562: Mmm... Te invito a releer...

Fausto: siga leyendo, lo mismo haré. Saludos.

Vidu: Gracias.

Javier: Usted sabrá.

Olivia: Si te respondo no dejo lugar a la interpretación del lector... Je!

Humanista: Yo argumento de autoridad para algo??? jajaja... El munndo se a vuelto llllloco! Ja! gracias por leer, te etoy leyendo de a poco a vos... Interesante. Y las cucarachas... estemmm si... es un problema estructural de mi vivienda. Ja! besos.

Ernestina dijo...

muy buen relato...
impecable :).
me gusta leerte.. seguiremos pasando!

saludos!
bizcochuelo en caja!