martes, 25 de marzo de 2008

Adonis y Loquita, una historia de amor...

Situación:

Chico sumamente lindo parado en una esquina repartiendo volantes de un curso de oratoria.


Loquita cruzando la calle, sacudiendo la cabeza como si estuviera en una publicidad de sedal....

Loquita divisa a Adonis. Reduce su marcha y lo mira... lo escanea, su mirada no se despega un segundo del cuerpo del chico....

Mientras se aleja lo mira insistentemente sin prestar atención por donde camina.

Conclusión:
Loquita termina desparramada en plena vereda, luego de atropellar a un poste de luz. Gente se rie (incluido Adonis), yo me río más fuerte que la gente... Loquita se levanta y se hace la desentendida. Acomoda su brushing, pone en su lugar los lentes de sol "imitación Armani", y reanuda el desfile (que a esa altura se parecía más a un Corso de San Vicente, que a Piazza Spagna). Espero que no vaya para mi mismo lado, porque me le voy a reir todo el camino.

Consejo: si vas a caminar mirando para atrás, trata de identificar de antemano cualquier obstáculo que pueda hacerte pasar un papelón de este porte... te lo dice alguien experto en vergüenzas públicas.

(Y para todos los que se lo preguntan: No, no es autobiográfico... La Loquita, esta vez, no soy yo. Si, el chico era hermoso... Y sí, yo tampoco podía dejar de mirarlo, que duda cabe!!!!!.... Pero atendiendo a mi experiencia en situaciones embarasozas, me tomé la molestia de simular que buscaba algo en la mochila y lo miré hasta que se me hizo tarde. Se debe haber dado cuenta, no me caracterizo por ser disimulado... pero bueno, por lo menos esta vez no fui yo el hazmereir de los transeuntes, y por una vez en la vida, las fuerzas cósmicas se compensaron y pude ser yo quien se riera de alguien )

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