domingo, 30 de marzo de 2008

Un domingo impensado....

Un domingo impensado. Todo el día en casa, acompañado de un buen libro, cama y chocolates en cantidades industriales. Hacía mucho que nada se acercaba tanto a ese sentimiento de tranquilidad y paz que tanto extrañaba.
La soledad parece ser que está empezando a doler menos. La lluvia hizo lo suyo, llevándose consigo las lágrimas que se fugaron sin permiso.
Sólo resta esperar que el domingo se prolonge más allá de sus escasas 24 horas, y despertarme el lunes con las mismas ganas de sentir ganas, y volver a disfrutar, como siempre me gustó hacerlo, del viento frío de las mañanas de otoño...
Las pequeñas cosas vuelven a tener magia, o mejor dicho, por fin puedo volver a ver la magia en las pequeñas cosas.

No hay comentarios: